EL TLC: LAS COSAS CLARAS

No se trata de oponerse ni el país puede aislarse o salirse del concierto internacional. Los ecuatorianos sí debemos ser optimistas, pro activos y propositivos, pero también realistas y exigir el principio de la transparencia en los procesos y la oportuna rendición de cuentas. Uno de ellos representa la obligatoriedad de exhibir las cosas claras y a tiempo sobre la marcha del proceso de negociación del TLC con EE.UU. para no generar falsas expectativas. Primero debe informarse claramente al país -lo que se pueda difundir- cómo avanzan las negociaciones, sin cerrarse ni escudarse en argumentos que tienen el carácter de reservadas, confidenciales y secretas, que pueden ser contraproducentes si los hechos solo se revelan al final. Aquí cabe hacer comparaciones de lo que sucede con Perú y Colombia, que negocian junto con el Ecuador. El 21 de junio pasado El Comercio de Lima difundió un trabajo del Instituto Apoyo, que refleja datos que contrastan con lo que pasa en el Ecuador. En el Perú hay optimismo y se piensa favorablemente sobre el tema. De los peruanos encuestados, el 69 por ciento está enterado del TLC, el 73 por ciento considera que será favorable para el desarrollo del país y el 64 por ciento está seguro que con el TLC la economía peruana mejorará. En el Ecuador, Delloitte Touche hizo una encuesta que arrojó un 81 por ciento de pesimismo entre empresarios nacionales. La mayoría sostiene que no está preparada para enfrentar el TLC. A esto se suma el nivel de desconocimiento y el poco interés sobre el tema. Esto contrasta con la posición asumida por Colombia. Hace poco se conoció un informe en el cual se revela la marcha del proceso, muy bien desclasificado por temas. El documento exhibe claramente en detalle las posiciones de Colombia y las percepciones que tienen sus negociadores de EE.UU.