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EL DILEMA INGLES O LAS VENTAJAS DE LA PRUDENCIA

Por: Tema(s): En: Dinero, Diario de Negocios 8 mayo. 2009, p. 2Resumen: Gran Bretaña enfrenta pronósticos económicos cada vez más pesimistas. Con una recesión prevista de al menos 3.5 por ciento este año, el gobierno británico enfrenta un dilema. Por una parte, quisiera gastar más para reactivar la economía y atenuar la crisis. Por otro lado, la mayor recesión implica que los ingresos por impuestos serán aún menores, ampliando aún más el déficit fiscal que ya está previsto rondar ¡12 por ciento del PIB! Esto, a su vez, genera preocupación sobre la capacidad futura del país de repagar sus deudas. Mientras más gaste ahora, más tendrá que pagar mañana. Algo parecido le pasa al Ecuador. Así, el FMI creó una línea de crédito flexible, que no implica ninguna condicionalidad y permite a quienes la reciben disponer de recursos baratos para enfrentar la crisis. El problema es que esa línea sólo está disponible para los "buenos clientes" (México, Colombia o Perú, por ejemplo): aquellos que han sido prudentes en su manejo económico, que ahorraron en épocas de bonanza, que acumularon grandes reservas internacionales, que sí han pagado sus deudas y que no han disparado su gasto público. Para los menos buenos clientes, como el Ecuador, hay líneas de crédito, pero con más condiciones. Para asegurarse que el cliente sí pueda pagar a futuro, las condiciones probablemente incluyan un menor y mejor priorizado gasto público y claridad en cuanto a pagos de la deuda. Ese es el costo de ser menos prudente.
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Gran Bretaña enfrenta pronósticos económicos cada vez más pesimistas. Con una recesión prevista de al menos 3.5 por ciento este año, el gobierno británico enfrenta un dilema. Por una parte, quisiera gastar más para reactivar la economía y atenuar la crisis. Por otro lado, la mayor recesión implica que los ingresos por impuestos serán aún menores, ampliando aún más el déficit fiscal que ya está previsto rondar ¡12 por ciento del PIB! Esto, a su vez, genera preocupación sobre la capacidad futura del país de repagar sus deudas. Mientras más gaste ahora, más tendrá que pagar mañana. Algo parecido le pasa al Ecuador. Así, el FMI creó una línea de crédito flexible, que no implica ninguna condicionalidad y permite a quienes la reciben disponer de recursos baratos para enfrentar la crisis. El problema es que esa línea sólo está disponible para los "buenos clientes" (México, Colombia o Perú, por ejemplo): aquellos que han sido prudentes en su manejo económico, que ahorraron en épocas de bonanza, que acumularon grandes reservas internacionales, que sí han pagado sus deudas y que no han disparado su gasto público. Para los menos buenos clientes, como el Ecuador, hay líneas de crédito, pero con más condiciones. Para asegurarse que el cliente sí pueda pagar a futuro, las condiciones probablemente incluyan un menor y mejor priorizado gasto público y claridad en cuanto a pagos de la deuda. Ese es el costo de ser menos prudente.

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