LA CARTA PETROLERA

Frente a la posibilidad de una interrupción del acuerdo con el FMI como consecuencia de la inconstitucionalidad del alza del impuesto al valor agregado y el colapso de Filanbanco, algunos sectores de opinión han reactivado la carta petrolera como una posible alternativa. El Sr. Joaquín Zevallos, Presidente de la Cámara de Comercio de Guayaquil, propone la titularización petrolera y la canalización de los fondos así obtenidos al aparato productivo a través de la Corporación Financiera Nacional y el Banco Nacional de Fomento. De recurrirse a la titularización petrolera o a un mecanismo alternativo para tener disponible hoy, el dinero producto del petróleo que se extraerá mañana, no sería lo más adecuado que dicho dinero se emplee en crédito al sector privado. Tendría que aplicarse a reducir el exagerado endeudamiento del Estado: a retirar bonos globales que sustituyeron a los Bradys y a los Eurobonos; bonos dólares del Estado con los que los gobiernos de Durán-Ballén y Alarcón financiaron su gasto; aquella con el Seguro Social por aportes del Estado que no se han hecho, la deuda de la AGD para con los depositantes; la de las distribuidoras eléctricas estatales para con las generadoras por concepto de subsidio a las tarifas eléctricas. Estos pagos aumentarían la liquidez en el mercado interno, con lo que bajarían las tasas de interés para préstamos y así se beneficiaría el sector productivo y reactivaría la economía, que son los objetivos de la Cámara de Comercio. La mejor carta petrolera es que la Empresa Estatal Petróleos del Ecuador (PETROECUADOR) adquiera un socio estratégico para explotar sus yacimientos tradicionales.