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APAGAR LAS LUCES O SUBIR LOS PRECIOS

Por: Tema(s): En: El Comercio 5 abr. 2009, p. 8Resumen: La semana pasada se celebró la Hora del Planeta, una iniciativa que, apagando las luces por 60 minutos, busca crear una mayor conciencia de los problemas del calentamiento global. En el Ecuador también se apoyó la iniciativa y las luces de algunos monumentos se apagaron. Pero en nuestro país, más que en casi ningún otro del mundo, podríamos, usando algo de lógica económica, hacer mucho más para evitar el calentamiento global. Porque todo indica que el calentamiento global está cercanamente ligado a la emisión de dióxido de carbono (CO2). Ese gas se genera cuando se quema cualquier cosa que tenga carbono, especialmente combustibles fósiles como gasolina, diesel o gas. Y en el Ecuador esos combustibles están subsidiados, es decir son más baratos que en casi cualquier otro lugar del planeta. Como son tan baratos, se los usa con más intensidad aquí que en el resto del mundo. Incluso se los desperdicia más aquí que en otros países. La lógica económica dice que cuando el precio es bajo, la demanda es alta. Todo eso hace que nuestro país, en relación al tamaño de su economía, sea uno de los países que más CO2 emite. Según un estudio de Felipe Hurtado, de CORDES, el Ecuador es el quinto país en el mundo que más CO2 emite en relación a su PIB. Por cada dólar de PIB, en el año 2006 el Ecuador produjo más de un kilo de CO2 (1,04 kg, para ser exactos). Mientras tanto, países similares al nuestro (pero sin subsidios a los combustibles) emitieron cantidades muy inferiores. Colombia, por ejemplo, contaminó en la tercera parte que nosotros al emitir únicamente 0,39 kg de CO2 por cada dólar de PIB. Perú emitió todavía menos. De manera que, si quieren ayudar a frenar el calentamiento global, además de hacer campañas para apagar las luces por una hora, los ecólogos también deberían dedicar su energía a proponer que los subsidios a los combustibles se reduzcan. Quizás no sea tan popular tener gasolina cara, pero un poco de lógica económica puede ser bastante efectiva para el bienestar de nuestro planeta.
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Analítica de Seriada Analítica de Seriada BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO El Comercio. 5 abr. 2009, p. 8 Disponible

La semana pasada se celebró la Hora del Planeta, una iniciativa que, apagando las luces por 60 minutos, busca crear una mayor conciencia de los problemas del calentamiento global. En el Ecuador también se apoyó la iniciativa y las luces de algunos monumentos se apagaron. Pero en nuestro país, más que en casi ningún otro del mundo, podríamos, usando algo de lógica económica, hacer mucho más para evitar el calentamiento global. Porque todo indica que el calentamiento global está cercanamente ligado a la emisión de dióxido de carbono (CO2). Ese gas se genera cuando se quema cualquier cosa que tenga carbono, especialmente combustibles fósiles como gasolina, diesel o gas. Y en el Ecuador esos combustibles están subsidiados, es decir son más baratos que en casi cualquier otro lugar del planeta. Como son tan baratos, se los usa con más intensidad aquí que en el resto del mundo. Incluso se los desperdicia más aquí que en otros países. La lógica económica dice que cuando el precio es bajo, la demanda es alta. Todo eso hace que nuestro país, en relación al tamaño de su economía, sea uno de los países que más CO2 emite. Según un estudio de Felipe Hurtado, de CORDES, el Ecuador es el quinto país en el mundo que más CO2 emite en relación a su PIB. Por cada dólar de PIB, en el año 2006 el Ecuador produjo más de un kilo de CO2 (1,04 kg, para ser exactos). Mientras tanto, países similares al nuestro (pero sin subsidios a los combustibles) emitieron cantidades muy inferiores. Colombia, por ejemplo, contaminó en la tercera parte que nosotros al emitir únicamente 0,39 kg de CO2 por cada dólar de PIB. Perú emitió todavía menos. De manera que, si quieren ayudar a frenar el calentamiento global, además de hacer campañas para apagar las luces por una hora, los ecólogos también deberían dedicar su energía a proponer que los subsidios a los combustibles se reduzcan. Quizás no sea tan popular tener gasolina cara, pero un poco de lógica económica puede ser bastante efectiva para el bienestar de nuestro planeta.

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