NUESTRO FUTURO ENERGETICO

En lo relativo a la energía, todo parecía sencillo antes de la guerra de Irak. Los EE.UU. derribarían a Saddam. se daría rienda suelta a las inmensas reservas petroleras de Irak al cabo de un corto periodo de reconstrucción y los precios mundiales del petróleo se reducirían por debajo de 20 dólares por barril. En cambio, los precios mundiales del petróleo se han puesto por las nubes: 35 dólares por barril. Dos cuestiones energéticas interconectadas configurarán nuestro futuro económico en los próximos decenios. La primera es la de que la dependencia del petróleo del Medio Oriente resulta cada vez más peligrosa. La segunda gran amenaza es la de que nuestro sistema energético moderno está desestabilizando el clima mundial. Estas amenazas, requieren un pensamiento claro. Algunos alarmistas declaran que debemos reducir drásticamente la utilización de la energía a escala mundial, cosa que socavaría la economía mundial. Otros declaran que debemos acabar con el hábito de los combustibles fósiles y ponernos enseguida a usar fuentes energéticas renovables como la energía solar y la eólica. Esas opciones sustitutivas son caras y no es realista creer que pueden sustituir los combustibles fósiles. Por fortuna, si planificamos a escala mundial y a largo plazo, podemos abrirnos paso por entre esas amenazas. Nuestros objetivos deben ser suministros fiables de energía que resulten medioambientalmente inocuos y a precios asequibles.