AGUINALDO
Tema(s): En: El Telégrafo 23 dic. 2000, p. A.2Resumen: El Presidente Noboa ha confirmado que su gobierno se apresta a ordenar el incremento del precio de la gasolina y del gas. También ha dicho que enviará al Congreso el proyecto de ley que permitirá aumentar la tarifa del impuesto al valor agregado (IVA). Ese fue, en resumidas cuentas, el "aguinaldo" anticipado del régimen para un pueblo que no alcanza a entender por qué debe ser sometido a los mismos ajustes que se han venido practicando desde 1981 bajo el pretexto de salvarlo de la crisis económica. Es que si la felicidad de los ecuatorianos dependiera efectivamente de la magnitud de las subidas en el precio de los combustibles -incluyendo el gas- y del IVA, ese estado ya se lo habría logrado hace mucho rato. Pero no es así. Al contrario, el empobrecimiento es tan impresionante que ha involucrado a importantes segmentos de la clase media, por lo que no menos del 80 por ciento de la población siente sus efectos.Tipo de ítem | Biblioteca actual | Signatura | Info Vol | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras | |
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Analítica de Seriada | BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO | El Telégrafo. 23 dic. 2000, p. A.2 | Disponible |
El Presidente Noboa ha confirmado que su gobierno se apresta a ordenar el incremento del precio de la gasolina y del gas. También ha dicho que enviará al Congreso el proyecto de ley que permitirá aumentar la tarifa del impuesto al valor agregado (IVA). Ese fue, en resumidas cuentas, el "aguinaldo" anticipado del régimen para un pueblo que no alcanza a entender por qué debe ser sometido a los mismos ajustes que se han venido practicando desde 1981 bajo el pretexto de salvarlo de la crisis económica. Es que si la felicidad de los ecuatorianos dependiera efectivamente de la magnitud de las subidas en el precio de los combustibles -incluyendo el gas- y del IVA, ese estado ya se lo habría logrado hace mucho rato. Pero no es así. Al contrario, el empobrecimiento es tan impresionante que ha involucrado a importantes segmentos de la clase media, por lo que no menos del 80 por ciento de la población siente sus efectos.
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