EL VERDADERO TERMOMETRO
Tema(s): En: El Telégrafo 2 jul. 2001, p. A. 2Resumen: Yo no dudaría un segundo de los buenos augurios sobre la economía que el régimen y sus voceros pregonan. No dudaría si en el País se hubiere detenido el éxodo de compatriotas que arriesgan la vida para cumplir ese propósito. La estabilidad de la economía no se construye necesariamente sobre meros indicadores. Éstos sirven para ilustrar parcialmente una realidad. Y de eso parecen olvidarse algunos distinguidos analistas de temas económicos e incluso dirigentes empresariales, cuando sostienen que gracias a la dolarización los precios se han estabilizado y que los asalariados perciben sus remuneraciones en moneda dura, lo que les devuelve capacidad de compra. Creer en eso es propio de burócratas -como los del INEC o los del Banco Central, por ejemplo- pero no se puede caer en semejante espejismo cuando es posible constatar que aun bajo el supuesto de que la inflación llegue al 23 por ciento a finales de año, el índice sería 6 veces mayor al de los Estados Unidos. Para sintonizarse con la realidad, el régimen tiene que ir más allá de los meros indicadores creados en el papel por tecnócratas de visión corta y fría, que únicamente se contentan con registrar guarismos bajo la ilusa pretensión de que son incontrovertibles. Mientras existan ecuatorianos que huyan del País, hay que interpretar que escapan de la economía. Ese es el verdadero termómetro para medir el acierto de la política económica.Tipo de ítem | Biblioteca actual | Signatura | Info Vol | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras | |
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Analítica de Seriada | BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO | El Telégrafo. 2 jul. 2001, p. A. 2 | Disponible |
Yo no dudaría un segundo de los buenos augurios sobre la economía que el régimen y sus voceros pregonan. No dudaría si en el País se hubiere detenido el éxodo de compatriotas que arriesgan la vida para cumplir ese propósito. La estabilidad de la economía no se construye necesariamente sobre meros indicadores. Éstos sirven para ilustrar parcialmente una realidad. Y de eso parecen olvidarse algunos distinguidos analistas de temas económicos e incluso dirigentes empresariales, cuando sostienen que gracias a la dolarización los precios se han estabilizado y que los asalariados perciben sus remuneraciones en moneda dura, lo que les devuelve capacidad de compra. Creer en eso es propio de burócratas -como los del INEC o los del Banco Central, por ejemplo- pero no se puede caer en semejante espejismo cuando es posible constatar que aun bajo el supuesto de que la inflación llegue al 23 por ciento a finales de año, el índice sería 6 veces mayor al de los Estados Unidos. Para sintonizarse con la realidad, el régimen tiene que ir más allá de los meros indicadores creados en el papel por tecnócratas de visión corta y fría, que únicamente se contentan con registrar guarismos bajo la ilusa pretensión de que son incontrovertibles. Mientras existan ecuatorianos que huyan del País, hay que interpretar que escapan de la economía. Ese es el verdadero termómetro para medir el acierto de la política económica.
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