¡NI UN IMPUESTO MAS!

Siento mucho ser repetitivo, solo así se expresa lo que debe ser expresado: no podemos seguir transfiriendo más recursos al fisco. No parto de una visión antojadiza, sino de un principio tan sencillo como contundente: la riqueza de los pueblos aumenta sobre la base de la productividad, equivalente al buen uso de los recursos, y como el Estado los malgasta, empobrece . Ya hemos transferido un exceso de fondos al Estado y ahora debemos, por lo menos, congelar esos aportes: 1) Los impuestos y tasas que pagamos (incluyendo aportes al IESS) han subido de 3.133 millones de dólares en 1997, a 5.300 millones este año, ¡70 por ciento más!. Midiendo frente al PIB (es decir al tamaño de la torta) hemos pasado del 13,3 por ciento al 17,6 por ciento. ¡Que no me digan que el Estado no sigue creciendo con voracidad, y peor aún que somos malos pagadores de impuestos! (Debemos seguir persiguiendo a los evasores, y con eso bajar el aporte de los demás). Todo esto ha servido para que el gasto corriente pase de 2.975 a casi 4.500 millones, o de manera equivalente del 12,6 al 15,5 por ciento del PIB. y qué decir de los salarios: ¡de 1.542 a 2.500 millones! Usted se preguntará entonces, cómo financiar el aumento de las jubilaciones. Debemos ir ya, al único sistema de jubilaciones que tiene sentido: cada uno aporta a un fondo personal de ahorro (ofrecido de manera competitiva por varias empresas, incluyendo al IESS que no tendría ningún privilegio), y al final de la vida profesional, el Estado otorga un adicional a los que, a pesar de su esfuerzo, no han alcanzado una pensión mínima.