FONDOS DE AHORRO

Países con recursos no renovables tienden a crear fondos con los ingresos que obtienen por su explotación y venta para reducir el impacto que en los ingresos públicos pueda tener la volatilidad de sus precios, o para ahorrar en beneficio de futuras generaciones. Tal es el caso de Chile, que creó en 1985 el Fondo de Estabilización del Cobre por medio del cual el Gobierno ahorra el diferencial del precio de mercado con relación a un precio de referencia de largo plazo. El fondo ha funcionado de acuerdo a sus objetivos, y en la actualidad, con más de USD 17000 millones, se ha constituido en una herramienta importante para afrontar la crisis mundial. Uno de los fondos más emblemáticos de todos los existentes es el Fondo Petrolero de Noruega, creado por ley en 1996. Este fondo fue establecido para acumular recursos de la nueva riqueza petrolera para blindar el presupuesto ante la eventualidad de cambios bruscos en los precios del petróleo en el mercado internacional, y como mecanismo de ahorro para financiar las pensiones de los jubilados ante la perspectiva de una disminución de los ingresos petroleros a futuro. En la actualidad sus activos llegan a USD 330 000 millones. Sin embargo, hay que reconocer que por el lado de la economía política hay un enfrentamiento entre los que plantean gastarse todos los excedentes para financiar programas sociales y de infraestructura, y aquellos que favorecen el ahorro para beneficio de las futuras generaciones y/o para afrontar contingencias. Por lo tanto, es importante obtener un amplio consenso político, para lo cual el público debe tener la confianza de que el fondo está bien administrado, que su información es transparente y oportuna, y que sus recursos están siendo utilizados de acuerdo a la ley que los creó. Muchos fondos no cumplen con las condiciones anteriores, por lo cual, sucumben ante las presiones políticas para que se incremente el gasto público ocasionando a futuro severos desequilibrios fiscales que luego no pueden ser financiados.