EL FMI, BRASIL Y ARGENTINA

Las relaciones del FMI con Brasil y Argentina son muy distintas. Para el primero todos son parabienes; para el segundo, piedras en el camino. Ello depende no solo de las distintas coyunturas sino de los efectos que las políticas del Fondo han tenido en ambos países: desastrosos en el caso argentino, buenos en el brasileño. Esta figura de ejemplo y contraejemplo de dos países vecinos pero rivales es el espejo cóncavo y convexo con el que el FMI quiere hacer pedagogía: ojo a cualquier país que quiera declarar la suspensión de pagos de su deuda, como hizo Argentina. Lo pagará. Por primera vez en mucho tiempo, el Brasil de "Lula" contiene tres elementos esenciales para alcanzar un crecimiento sostenible: cuentas fiscales consolidadas y cuentas externas sólidas. En esta coyuntura, Brasil acaba de anunciar que no renueva el acuerdo que tenía con el FMI desde septiembre de 2002, cuando los mercados estaban muy nerviosos ante la posibilidad de que "Lula" ganase las elecciones. Con esta separación amistosa del FMI, "Lula" gana poder político a año y medio de las elecciones, en las que su rival podría ser Fernando Henrique Cardoso. Es curioso que la senda de las reformas necesarias para modernizar al país haya sido tomada en Brasil por dos políticos provenientes de zonas distintas de la izquierda política.