ESTRATEGIA INTEGRAL

Cuando la crisis actual comenzó a hacerse evidente, las autoridades económicas, conforme se iban presentando los hechos, iban tomando medidas sin contar con una estrategia integral. Influyó en dicha conducta la percepción inicial en el sentido de que el problema estaba focalizado en el sector inmobiliario y en algunas instituciones vinculadas a dicha actividad. Por lo tanto, no había razón para preocuparse en demasía. Conforme transcurría el tiempo, la crisis inmobiliaria comenzó a afectar a diferentes instituciones que habían participado en el diseño y colocación a nivel mundial de sofisticados instrumentos financieros con un riesgo implícito elevado que nadie lo percibía. Además, para evadir los controles, esas operaciones estaban contabilizadas fuera de los balances. El castillo de naipes se comenzó a desmoronar contaminando a la economía real, por lo cual, el Gobierno decidió aplicar un programa de estímulo económico para evitar que la economía caiga en recesión. El nuevo Gobierno finalmente ha presentado un plan integral para atacar de manera simultánea las diferentes aristas de la crisis cuyos resultados están todavía lejos de materializarse. Esta dramática experiencia deja una clara lección, en el sentido de que no se pueden apagar incendios conforme se van presentando, hay que identificar las causas que los están generando para finalmente controlarlos. El mismo concepto aplica para enfrentar la crisis actual. Es decir, se necesita una estrategia integral, que incorpore a todos y cada uno de los sectores en problemas, evitando caer en acciones y anuncios aislados que no hacen sentido, y que más bien causan mayor incertidumbre.