WOLFOWITZ Y EL BANCO MUNDIAL

La creciente intranquilidad por la administración del presidente Paul Wolfowitz en el Banco Mundial ha provocado un enconado debate muy serio para la institución. Desde el inicio los críticos se preguntaron si la persona designada para ese cargo en el 2005 por el gobierno de Bush era la opción más conveniente, pero pocos consideraron lo rápido que iría mal su administración. La controversia en cuestión se disparó por los juicios erróneos de Wolfowitz al asegurarle un cargo próspero a su compañera, pero el asunto está yendo más allá. La amonestación pública que emitió el domingo el comité de vigilancia del banco probablemente sea un reflejo del descontento internacional con el liderazgo de Wolfowitz, así como por la función que tuvo al desarrollar la política estadounidense en Iraq. Queda claro a partir de las expresiones de desaprobación en una reciente reunión del personal que Wolfowitz tiene poca credibilidad entre los empleados del banco y los países contribuyentes, una dinámica que podría debilitar su capacidad para recaudar dinero y llegar a consensos en iniciativas. Wolfowitz se ha negado a hacerse a un lado, pero si no puede demostrar su efectividad, de seguro que su presidencia quedará vacía.