BRASIL Y ARGENTINA CREAN SU CORAZA NEGOCIADORA
Tema(s): En: Líderes 22 mar. 2004, p. 2Resumen: La semana pasada ocurrió un hecho internacional que si bien no incide directamente en la economía local, tendrá un efecto retardado en las relaciones entre el Estado y los organismos financieros internacionales, en especial con el Fondo Monetario Internacional (FMI). El hecho es este: el 16 de marzo se reunieron en Río de Janeiro los presidentes de Argentina, Nestor Kirchner, y de Brasil, Inacio Lula, para establecer mecanismos conjuntos de cooperación, orientados a un fin estratégico; el crecimiento económico con equidad en Sudamérica. La frase así escrita suena a lugar común. Sin embargo, el entorno y los detalles revelan algo histórico: dos líderes políticos, con respaldo popular en sus respectivos países, están proponiendo un cambio en las reglas del juego con el mundo financiero internacional, especialmente con sus entes emblemáticos, el FMI y el Banco Mundial. A este acuerdo de aproximación se suman la declaración del candidato más opcionado al poder en Uruguay, Tabaré Vásquez, quien ha dicho que si llega a la presidencia, se sumará enseguida a la iniciativa brasileño-argentina. La fórmula Kirchner-Lula, dice Vásquez, es vital para un país pequeño y débil como Uruguay, con poco margen de maniobra para lidiar con el megapoder financiero.Tipo de ítem | Biblioteca actual | Signatura topográfica | Info Vol | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras | |
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Analítica de Seriada | BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO | Líderes. 22 mar. 2004, p. 2 | Disponible |
La semana pasada ocurrió un hecho internacional que si bien no incide directamente en la economía local, tendrá un efecto retardado en las relaciones entre el Estado y los organismos financieros internacionales, en especial con el Fondo Monetario Internacional (FMI). El hecho es este: el 16 de marzo se reunieron en Río de Janeiro los presidentes de Argentina, Nestor Kirchner, y de Brasil, Inacio Lula, para establecer mecanismos conjuntos de cooperación, orientados a un fin estratégico; el crecimiento económico con equidad en Sudamérica. La frase así escrita suena a lugar común. Sin embargo, el entorno y los detalles revelan algo histórico: dos líderes políticos, con respaldo popular en sus respectivos países, están proponiendo un cambio en las reglas del juego con el mundo financiero internacional, especialmente con sus entes emblemáticos, el FMI y el Banco Mundial. A este acuerdo de aproximación se suman la declaración del candidato más opcionado al poder en Uruguay, Tabaré Vásquez, quien ha dicho que si llega a la presidencia, se sumará enseguida a la iniciativa brasileño-argentina. La fórmula Kirchner-Lula, dice Vásquez, es vital para un país pequeño y débil como Uruguay, con poco margen de maniobra para lidiar con el megapoder financiero.
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