UN CAMBIO SILENCIOSO

Ecuador y Panamá son los dos únicos países de América Latina que no pertenecen al GATT. Esta ausencia refleja hasta qué punto el Ecuador se ha aislado y demuestra cómo la debilidad del Estado ecuatoriano no ha podido imponer metas generales a los intereses particulares, ninguno de los cuales ha querido ceder posiciones derivadas del proteccionismo prevaleciente. El caso de Panamá es distinto porque es una especie de paraíso financiero que tiene diferente percepción de las regulaciones del GATT. Las negociaciones en marcha suponen un cambio en las condiciones en que se desenvolverán las avtividades económicas, aunque los ecuatorianos apenas se han dado cuenta de lo que está sucediendo. La vicepresidencia, que ha comandado el operativo para el ingreso del país a la OMC, quería que se concrete hasta el 21 de abril, pero parece que se demorará uno o dos meses más. Pero poco se ha discutido sobre el asunto. Las cúpulas de los sectores público y privado deberían sacar este tema a la luz con el objeto de recoger las reacciones de todos los sectores.