EL EURO : NI PRÓJIMO DE LA DOLARIZACION

A diferencia de lo acontecido con la dolarización, en donde la improvisación fue la tónica, los países europeos, al eliminar sus monedas nacionales, crearon en forma consensuada y planificada una moneda europea. Esto implicó ceder parte de su soberanía nacional para ganar en soberanía regional. No se resignó el señoreaje. En el Banco Central Europeo participan con voz y voto los doce bancos centrales de los Estados que hasta ahora han adoptado el euro: Alemania, Austria, Bélgica, España, Francia, Finlandia, Grecia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Países Bajos y Portugal. Fue una decisión democrática, no impuesta; tanto es así que Dinamarca, Suecia y Reino Unido, en sendas consultas populares, se expresaron en contra y siguen en la Unión Europea. Por el contrario, los países que dolarizaron sus economías -Ecuador y El Salvador-, no comparten nada con la Reserva Federal de los EEUU. Pero, eso sí, pueden perder mucho, entre otras cosas por la rigidez cambiaria. Con esta dolarización asimétrica, en realidad, se vinculan mucho más a un ciclo económico diferente, sin muchas posibilidades para desarrollar políticas contracíclicas cuando sean necesarias, por el mismo hecho de haber renunciado a su política monetaria y cambiaria.