EL LIBRE COMERCIO ES UN MITO

La aversión a la economía aperturista es uno de los males patológicos de la "revolución ciudadana". Hemos retornado al modelo sustitución de importaciones, sin beneficio de inventario. "El libre comercio es un mito", dijo la ministra Cely, en radio Quito, al comentar la autoexclusión del Ecuador del acuerdo firmado entre la Unión Europea (UE) y 8 países de A. Latina. Es la religión oficial que prevalece, pese a que es innegable que perderemos competitividad en beneficio de Colombia, Perú y otros. "Aperturismo irracional", llama la izquierda al libre comercio. Sostienen que embarcarse en esa aventura nos llevaría a una especie de reprimarización de nuestra economía, el renacimiento del modelo agroexportador que propicia, desde su miopía ideológica, una mayor concentración de riqueza y mayor precarización del trabajo. Desde la academia, Correa combatió la posibilidad de llegar a suscribir un TLC con EEUU, basado en lo que él llama "sofismas" del libre comercio. Pero ignorar las ventajas comparativas es desconocer la realidad del país. Según Corpei, en la década de la dolarización, las exportaciones no petroleras más que se duplicaron. Las no tradicionales crecieron en más del 250 por ciento. En diversificación de productos se exportaron mas de 1 500 nuevos, y aparecieron mas de 7 000 nuevos exportadores, es decir se triplicaron. Y la UE es el mejor comprador nuestro. ¡Qué mejor demostración de que gracias a la estabilidad monetaria hemos progresado pese a los palazos de Correa al empresario! La actitud hostil del Gobierno de Correa es coherente con su forma de pensar, pues para la revolución ciudadana el hombre de negocios solo genera sospechas como tramposo y aprovechador.