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PIRAMIDES FINANCIERAS

Por: Tema(s): En: El Comercio 5 jul. 2009, p. 11Resumen: Esta semana un juez de Nueva York condenó al financista Bernard Madoff a 150 años de prisión por haber estafado a miles de inversionistas que le confiaron sus ahorros. Los investigadores del fraude Madoff llevan contabilizados más de 60 mil millones de dólares en captaciones, y cero dólares en activos financieros con qué responder. En esta situación, tanto el captador ilegal de dinero, como el llamado inversionista, son atraídos por el afán de aparentar lo que no tienen y de enriquecerse rápidamente como producto de los altos rendimientos ofrecidos. Al final del día, ni el captador ni el ambicioso depositante ven cumplidos sus sueños y terminan perdiéndolo todo. Pero, ¿por qué no se detectan esos movimientos a tiempo? Pues bien, porque esos esquemas no están regulados, por lo cual el captador hace lo que le viene en gana con el dinero ajeno, y cuando se interviene ya es demasiado tarde. Después que estallan estos escándalos, los gobiernos comienzan a pensar en mejorar el marco regulatorio, hasta que aparece un nuevo fraude que valida lo que ocurrió hace cerca de cien años atrás.
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Analítica de Seriada Analítica de Seriada BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO El Comercio. 5 jul. 2009, p. 11 Disponible

Esta semana un juez de Nueva York condenó al financista Bernard Madoff a 150 años de prisión por haber estafado a miles de inversionistas que le confiaron sus ahorros. Los investigadores del fraude Madoff llevan contabilizados más de 60 mil millones de dólares en captaciones, y cero dólares en activos financieros con qué responder. En esta situación, tanto el captador ilegal de dinero, como el llamado inversionista, son atraídos por el afán de aparentar lo que no tienen y de enriquecerse rápidamente como producto de los altos rendimientos ofrecidos. Al final del día, ni el captador ni el ambicioso depositante ven cumplidos sus sueños y terminan perdiéndolo todo. Pero, ¿por qué no se detectan esos movimientos a tiempo? Pues bien, porque esos esquemas no están regulados, por lo cual el captador hace lo que le viene en gana con el dinero ajeno, y cuando se interviene ya es demasiado tarde. Después que estallan estos escándalos, los gobiernos comienzan a pensar en mejorar el marco regulatorio, hasta que aparece un nuevo fraude que valida lo que ocurrió hace cerca de cien años atrás.

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