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LAS ELECTRICAS

Por: Tema(s): En: Expreso 2 ago. 2008, p. 4Resumen: Se condonaron las deudas que los pequeños usuarios del servicio eléctrico tenían con las empresas respectivas; medida que beneficiará a miles, quizá decenas de miles de pequeños usuarios, que comprometerán su agradecimiento al Gobierno en estos momentos tan especiales. Pero al mismo tiempo se informa que las deudas de las empresas proveedoras de energía para con Petroindustrial, son verdaderamente enormes, tanto que es muy difícil que se las pueda cobrar y, por lo mismo, de acuerdo a nuestra política demagógica, es posible que se llegue a una condonación disimulada. Esto plantea un asunto de fondo: condonar o perdonar las deudas de los pequeños usuarios es solo aliviar un problema secundario que afecta al sistema, pero se deja intocada una estructura defectuosa, increíblemente defectuosa para que, como lo ha hecho desde hace años, siga perjudicando en forma enorme al Fisco, que es, en definitiva, como perjudicar a todos los ecuatorianos, incluyendo los que recibieron el beneficio de la condonación de las planillas impagas. En estas circunstancias, es más que un sarcasmo el haber comenzado por condonar las deudas de los pequeños usuarios, con el objeto no declarado pero evidente de atraer simpatías electorales, mientras el problema eléctrico no solo persiste, sino que se agrava día a día; además, probado está que las promesas que se hacen en campaña electoral en el sentido de terminar con los privilegios y con los grupos de presión, chocan cuando debilitan la influencia de ciertos partidos. Es que en este caso, no solo se nota que se acude a maniobras políticas de baja categoría y con el afán de captar votos que favorezcan y fortalezcan al Gobierno, sino que se ha puesto a la luz pública, un sistema en que se utiliza la doble moral, que significa engañar al pueblo, burlar al sistema democrático que debe ante todo tener como base la ética para que sea aceptado por la ciudadanía, que es la que tiene la última palabra. En la práctica, se lleva a engaño a los votantes, proclamando el cambio, pero tomando decisiones que fortalecen el estatus vigente.
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Analítica de Seriada Analítica de Seriada BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO Expreso. 2 ago. 2008, p. 4 Disponible

Se condonaron las deudas que los pequeños usuarios del servicio eléctrico tenían con las empresas respectivas; medida que beneficiará a miles, quizá decenas de miles de pequeños usuarios, que comprometerán su agradecimiento al Gobierno en estos momentos tan especiales. Pero al mismo tiempo se informa que las deudas de las empresas proveedoras de energía para con Petroindustrial, son verdaderamente enormes, tanto que es muy difícil que se las pueda cobrar y, por lo mismo, de acuerdo a nuestra política demagógica, es posible que se llegue a una condonación disimulada. Esto plantea un asunto de fondo: condonar o perdonar las deudas de los pequeños usuarios es solo aliviar un problema secundario que afecta al sistema, pero se deja intocada una estructura defectuosa, increíblemente defectuosa para que, como lo ha hecho desde hace años, siga perjudicando en forma enorme al Fisco, que es, en definitiva, como perjudicar a todos los ecuatorianos, incluyendo los que recibieron el beneficio de la condonación de las planillas impagas. En estas circunstancias, es más que un sarcasmo el haber comenzado por condonar las deudas de los pequeños usuarios, con el objeto no declarado pero evidente de atraer simpatías electorales, mientras el problema eléctrico no solo persiste, sino que se agrava día a día; además, probado está que las promesas que se hacen en campaña electoral en el sentido de terminar con los privilegios y con los grupos de presión, chocan cuando debilitan la influencia de ciertos partidos. Es que en este caso, no solo se nota que se acude a maniobras políticas de baja categoría y con el afán de captar votos que favorezcan y fortalezcan al Gobierno, sino que se ha puesto a la luz pública, un sistema en que se utiliza la doble moral, que significa engañar al pueblo, burlar al sistema democrático que debe ante todo tener como base la ética para que sea aceptado por la ciudadanía, que es la que tiene la última palabra. En la práctica, se lleva a engaño a los votantes, proclamando el cambio, pero tomando decisiones que fortalecen el estatus vigente.

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