POLITICA SOCIAL SIN DADIVAS

El Presidente de la República cumplió una de sus promesas, la de duplicar el valor del llamado bono de la pobreza o de desarrollo humano. Pero también es preciso aceptar que este mecanismo asistencialista, no constituye solución alguna a la pobreza; ni siquiera un alivio importante en quienes son beneficiarios del sistema, lo cual obliga a varias consideraciones, oportunas ahora en que se habla desde el Gobierno de hacer cambios sustanciales en la estructura del Estado. Toda dádiva, todo bien o servicio otorgados graciosamente, son en el fondo una injusticia colectiva, pues se acude a sectores menos pobres para favorecer a los más pobres sin que se solucione su estado de indefensión económica; en otras palabras, se profundiza la injusticia social, lo cual nos lleva a recordar que la democracia debe garantizar a todos los asociados, el goce de un nivel mínimo de bienestar, que le permita una vida segura y decorosa. Cuando esto no sucede, como es nuestro caso, quiere decir que el sistema está mal aplicado; y, por lo mismo, que es obligación de los gobernantes, rectificarlo.