VOLVER A CARRION
Tema(s): En: El Comercio 5 abr. 2006, p. 4Resumen: El debate sobre el TLC ha llegado envuelto en medias verdades. Los detractores resaltan sus perjuicios con aseveraciones y datos que siempre conducen a una visión catastrófica de la realidad. Los panegiristas proyectan una visión vaga de oportunidades y desafíos, presentan una posición voluntarista desde la cual automáticamente desmantelaría ineficiencias y privilegios como si competir en el mercado mundial fuera tan simple como jugar fútbol. Carrión tenía muy claro que la fuerza cultural del Ecuador, íntimamente ligada a su vocación indeclinable por la libertad, era nuestro mayor activo. Desde allí, su 'pequeña gran patria' debía buscarse un lugar de respetabilidad en el mundo, partiendo de sus fortalezas y trabajando sobre sus debilidades. En suma, el debate actual sobre el TLC debe trascender la parroquia y expresar una visión estratégica y cosmopolita de un Ecuador que se plantea el desafío de cambiar internamente, que define y tiene presente una agenda interna, pero que se proyecta sin complejos al mundo. Repito, ello con o sin la firma del Tratado de Libre Comercio.Tipo de ítem | Biblioteca actual | Signatura topográfica | Info Vol | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras | |
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Analítica de Seriada | BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO | El Comercio. 5 abr. 2006, p. 4 | Disponible |
El debate sobre el TLC ha llegado envuelto en medias verdades. Los detractores resaltan sus perjuicios con aseveraciones y datos que siempre conducen a una visión catastrófica de la realidad. Los panegiristas proyectan una visión vaga de oportunidades y desafíos, presentan una posición voluntarista desde la cual automáticamente desmantelaría ineficiencias y privilegios como si competir en el mercado mundial fuera tan simple como jugar fútbol. Carrión tenía muy claro que la fuerza cultural del Ecuador, íntimamente ligada a su vocación indeclinable por la libertad, era nuestro mayor activo. Desde allí, su 'pequeña gran patria' debía buscarse un lugar de respetabilidad en el mundo, partiendo de sus fortalezas y trabajando sobre sus debilidades. En suma, el debate actual sobre el TLC debe trascender la parroquia y expresar una visión estratégica y cosmopolita de un Ecuador que se plantea el desafío de cambiar internamente, que define y tiene presente una agenda interna, pero que se proyecta sin complejos al mundo. Repito, ello con o sin la firma del Tratado de Libre Comercio.
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