TLC: ¿POR QUE DEBEMOS ESPERAR?
Tema(s): En: Dinero, Diario de Negocios 17 feb. 2006, p. 7Resumen: Hace unas semanas, el Gobierno colombiano detuvo temporalmente las negociaciones de su Tratado de Libre Comercio (TLC) con los EE.UU. Sus motivos fueron sencillos pero profundos: no se podía llegar a acuerdos satisfactorios en la negociación, en temas muy sensibles para Colombia como son los productos agrícolas y la propiedad intelectual. Esta suspensión se dio luego de una decisión parecida del Ecuador, por temas similares, y la fecha prevista del reinicio de negociaciones de Colombia es posterior a la fecha prevista inicialmente por la parte ecuatoriana. Sin embargo, nuestro país aplazó nuevamente sus negociaciones hasta cuando Colombia llegue a un acuerdo. En principio, esta posición, que subordina nuestra decisión a la que tome Colombia, parecería carecer de lógica comercial, puesto que subordinaría nuestras oportunidades a los logros colombianos. Pero es necesario recordar que el Ecuador no es un país que buscó un TLC, sino que llegó a él sin proponérselo y con mucho menor esfuerzo que el realizado por Colombia. Parecería, desde esta lógica, que la única intención que podría tener el TLC es evitar perder mercados por desventaja en las condiciones de acceso, sin reparar en que los segmentos de la economía que no entran en la lógica del libre comercio internacional serán económicamente inviables. Hoy, Álvaro Uribe lleva personalmente las negociaciones. Este nivel de compromiso es un indicador de que en poco tiempo sabremos los resultados de nuestra espera y de que en breve deberemos tomar decisiones para las que hay que prepararse.Tipo de ítem | Biblioteca actual | Signatura topográfica | Info Vol | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras | |
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Analítica de Seriada | BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO | Dinero, Diario de Negocios. 17 feb. 2006, p. 7 | Disponible |
Hace unas semanas, el Gobierno colombiano detuvo temporalmente las negociaciones de su Tratado de Libre Comercio (TLC) con los EE.UU. Sus motivos fueron sencillos pero profundos: no se podía llegar a acuerdos satisfactorios en la negociación, en temas muy sensibles para Colombia como son los productos agrícolas y la propiedad intelectual. Esta suspensión se dio luego de una decisión parecida del Ecuador, por temas similares, y la fecha prevista del reinicio de negociaciones de Colombia es posterior a la fecha prevista inicialmente por la parte ecuatoriana. Sin embargo, nuestro país aplazó nuevamente sus negociaciones hasta cuando Colombia llegue a un acuerdo. En principio, esta posición, que subordina nuestra decisión a la que tome Colombia, parecería carecer de lógica comercial, puesto que subordinaría nuestras oportunidades a los logros colombianos. Pero es necesario recordar que el Ecuador no es un país que buscó un TLC, sino que llegó a él sin proponérselo y con mucho menor esfuerzo que el realizado por Colombia. Parecería, desde esta lógica, que la única intención que podría tener el TLC es evitar perder mercados por desventaja en las condiciones de acceso, sin reparar en que los segmentos de la economía que no entran en la lógica del libre comercio internacional serán económicamente inviables. Hoy, Álvaro Uribe lleva personalmente las negociaciones. Este nivel de compromiso es un indicador de que en poco tiempo sabremos los resultados de nuestra espera y de que en breve deberemos tomar decisiones para las que hay que prepararse.
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