HABRA NACIDO NUESTRA ALEGRIA

Ecuador tiene posibilidades de crecer a tasas elevadas si los políticos piensan que el crecimiento económico les brindará mayores réditos a través del progreso colectivo. Está en sus manos estabilizar políticamente al país para que quienes quieren arriesgar e invertir sus capitales para crear empleo y riqueza, lo hagan con certidumbre y confianza. Así, habrá nacido nuestra alegría. En 2006 todos podríamos sonreír y estar mucho mejor, si el Gobierno y los demandantes de fondos de la sociedad acuerdan no abonar al déficit público que significa más deuda y pobreza. Por tanto, aceptan reducir el gasto y que se entreguen recursos a burócratas, gobiernos seccionales, jubilados y otros beneficiarios de los dineros públicos, solo en la medida de los reales ingresos fiscales. Así, habrá nacido nuestra alegría. Los pobres y ricos progresaremos si los US 600 millones, fruto de la colocación de bonos externos, reemplazan a la mitad de los bonos global 2012 (el tramo más caro de las obligaciones del país). Habrá bienestar si, en 2006, Gobierno, políticos y sectores sociales acuerdan leyes y mecanismos para que se invierta en el sector petrolero; cuyos recursos adicionales, antes de que sea demasiado tarde, pueden impulsar el crecimiento y la creación de plazas de trabajo. Habrá menos pobres y más empresas que produzcan, vendan y creen trabajo, si en 2006 el Estado no requiere de las inversiones del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) para pagar las amortizaciones, y este destina sus ahorros a impulsar la producción. Si, además, todos los ecuatorianos no regalamos el gas a quienes no lo necesitan y, en cambio, obsequiamos a los pobres: vivienda, educación, salud, caminos. Así, habrá nacido nuestra alegría.