CORREA QUIERE APLICAR LA FORMULA DE YEPEZ

El ministro de Economía, Rafael Correa, quiere repetir, con otros actores, la fórmula que planteó su antecesor Mauricio Yépez, para financiar los pagos de deuda interna de corto plazo, concentrada en US 800 millones de Certificados de Tesorería (Cetes), con vencimientos anuales. "¿Se acuerdan del intento del ministro Yépez de acceder a los mercados internacionales?. Pues quedó bastante avanzado, creemos que podemos aprovechar esa etapa para acceder a los mercados internacionales..", dijo ayer durante una conferencia de prensa improvisada en el hotel Tambo Real, antes de abandonar un foro de los sindicatos sobre la devolución de los fondos de reserva. Correa aclaró que la diferencia está en que esta vez no se negociará necesariamente con Wall Street, "sino con países amigos". La primera opción la tiene Venezuela. Tras el compromiso de su mandatario, Hugo Chávez, de sumarse a la lista de acreedores de Ecuador, Correa propuso una colocación en ese país de por lo menos US 200 millones en bonos, a un plazo de tres años y a una tasa que no supere el 8,5 por ciento. La Presidencia, en un comunicado, indicó que la operación tardaría hasta agosto, mientras el Ministro afirmó que se concretaría en unos dos meses. "Las negociaciones son muy duras. Estamos hablando de negocios, no de política, y Venezuela quiere sacar buenos rendimientos", señaló. Para Correa, "los detalles (el trámite y las condiciones financieras de los papeles) son irrelevantes" y ayer solo explicó las características generales de sus planes. Técnicos del Ministerio de Economía explicaron que la emisión será mayor a los 200 millones y que si bien Venezuela podría adquirir la mayor parte, otros países -o sus inversionistas privados- también pueden participar en la diversificación de fuentes de financiamiento. Fuentes de los organismos internacionales, afines a la política de Estados Unidos, dijeron que existe preocupación por el proyecto. "No entiendo por qué el Fondo Monetario se va a enojar. Me tiene sin cuidado si se enoja por esto, pero sería muy grave que quiera presionar, porque un país soberano puede hacer las transacciones que le dé la gana con otro país soberano y ninguna burocracia internacional puede meterse en eso", afirmó.