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ARMISTICIO TEXTIL

Por: Tema(s): En: Dinero, Diario de Negocios 7 junio 2005, p. 7Resumen: Bruselas y Beijing acordaron hace 10 años eliminar las cuotas a los textiles chino a partir de enero de 2005. Creyeron que así tejían unas relaciones "más armoniosas para el futuro". Ahora, llegado el momento, la industria europea vive con angustia una invasión de productos chinos que, asegura, se venden a precios que no cubren ni sus costos de producción, lo que ha generado una importante batalla comercial. Bruselas admite que Europa pecó de ingenuidad al firmar el pacto, y ambas partes negocian a contrarreloj una tregua mientras se amenazan. China asegura que sus exportaciones textiles crecieron solo 15,6 por ciento en los cuatro primeros meses de este año respecto al mismo periodo de 2004 y que hay una cierta desaceleración. La UE, sin embargo, ha detectado un aumento de importaciones mucho mayor en al menos nueve categorías de productos en los tres primeros meses del año. La importación de jerseis ha crecido un 534 por ciento; la de pantalones masculinos, un 412 por ciento, y la de blusas, un 186 por ciento. Los expertos dicen, además, que no se detecta desaceleración alguna y la industria asegura estar perdiendo cada día entre 750 y 1 000 empleos. Con datos fidedignos de abril de dos de las categorías que Bruselas analiza con lupa, el comisario europeo de Comercio, Peter Mandelson, ha lanzado un ultimato a China: o controla sus propias exportaciones o limita de forma unilateral la entrada de esas dos categorías: las camisetas, que han aumentado un 187 por ciento de enero a abril de este año y han obligado a reducir la producción en algún país, como Portugal, y el hilo de lino, que ha aumentado un 56 por ciento y ha reducido la producción europea un 25 por ciento. Una cláusula de salvaguarda suscrita en 2001 ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) permite a Europa imponer restricciones transitorias (aumento máximo del 7,5 por ciento) a las importaciones chinas de ambos productos. Bruselas podría lanzar en los próximos días más ultimatos en ese sentido respecto a las otras siete categorías investigadas. Las negociaciones entre Bruselas y Beijing son diarias, los europeos creen que una salida concertada es mejor, aunque el anuncio del Gobierno chino de no imponer nuevas tasas a sus exportadores, como había prometido, ha sido un jarro de agua fría y la industria teme que una eventual solución llegue demasiado tarde.
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Analítica de Seriada Analítica de Seriada BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO Dinero, Diario de Negocios. 7 junio 2005, p. 7 Disponible

Bruselas y Beijing acordaron hace 10 años eliminar las cuotas a los textiles chino a partir de enero de 2005. Creyeron que así tejían unas relaciones "más armoniosas para el futuro". Ahora, llegado el momento, la industria europea vive con angustia una invasión de productos chinos que, asegura, se venden a precios que no cubren ni sus costos de producción, lo que ha generado una importante batalla comercial. Bruselas admite que Europa pecó de ingenuidad al firmar el pacto, y ambas partes negocian a contrarreloj una tregua mientras se amenazan. China asegura que sus exportaciones textiles crecieron solo 15,6 por ciento en los cuatro primeros meses de este año respecto al mismo periodo de 2004 y que hay una cierta desaceleración. La UE, sin embargo, ha detectado un aumento de importaciones mucho mayor en al menos nueve categorías de productos en los tres primeros meses del año. La importación de jerseis ha crecido un 534 por ciento; la de pantalones masculinos, un 412 por ciento, y la de blusas, un 186 por ciento. Los expertos dicen, además, que no se detecta desaceleración alguna y la industria asegura estar perdiendo cada día entre 750 y 1 000 empleos. Con datos fidedignos de abril de dos de las categorías que Bruselas analiza con lupa, el comisario europeo de Comercio, Peter Mandelson, ha lanzado un ultimato a China: o controla sus propias exportaciones o limita de forma unilateral la entrada de esas dos categorías: las camisetas, que han aumentado un 187 por ciento de enero a abril de este año y han obligado a reducir la producción en algún país, como Portugal, y el hilo de lino, que ha aumentado un 56 por ciento y ha reducido la producción europea un 25 por ciento. Una cláusula de salvaguarda suscrita en 2001 ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) permite a Europa imponer restricciones transitorias (aumento máximo del 7,5 por ciento) a las importaciones chinas de ambos productos. Bruselas podría lanzar en los próximos días más ultimatos en ese sentido respecto a las otras siete categorías investigadas. Las negociaciones entre Bruselas y Beijing son diarias, los europeos creen que una salida concertada es mejor, aunque el anuncio del Gobierno chino de no imponer nuevas tasas a sus exportadores, como había prometido, ha sido un jarro de agua fría y la industria teme que una eventual solución llegue demasiado tarde.

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