LA RELACION CON CHINA NACIO CON EL BANANO

Como si se tratase de una relación furtiva, los nexos económicos entre Ecuador y la República Popular de China se iniciaron en 1973 bajo la recelosa mirada de EE.UU. como tutor de los ecuatorianos. Con recelo y enarbolando la solidaridad entre los pueblos, China recibió por vez primera ese año 20 000 toneladas de banano ecuatoriano. A cambio, el país compró una similar cantidad de fertilizantes. Para pesar de la balanza nacional la tendencia favorable se terminó cuando el país adoptó el dólar como moneda en el 2000. A decir de Cheng, ello encareció las exportaciones y abarató, aún más, las importaciones asiáticas. Víctima directa de esos cambios fue el banano. En el último lustro esas exportaciones cayeron de 57 millones en el 2000 a menos de dos millones de dólares en el 2004. Para suplir la oferta ecuatoriana, China salió de compras hacia Filipinas y Malasia e incrementó sus cultivos de esta fruta. Ahora, el producto estrella es el petróleo, tanto que China tiene una inversión de 400 millones de dólares en el sector. Wilson Pastor, directivo de CPEB, que a su vez es subsidiaria de la China Nacional Petroleum Corporation, calcula que esta empresa ha invertido unos 65 millones de dólares, de un presupuesto de 70 millones, desde el 2001 en el área de producción petrolera. Pero ese es solo un ejemplo. A esa firma se deben sumar seis compañías más que luchan codo a codo con las empresas de Europa y EE.UU. por el petróleo ecuatoriano. Así, las exportaciones de crudo son la base del comercio actual con China, seguido de lejos por los camarones, las flores, la tagua y el banano.