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¡ALERTA DEPOSITANTES!

Por: Tema(s): En: Expreso 22 oct. 2004, p. 4Resumen: Dicho en palabras fáciles, de los préstamos que otorga un banco el 90 por ciento se financia con dinero de sus depositantes y tan solo el 10 por ciento restante con fondos de los accionistas, lo que significa, en definitiva, que el banco no es más que un simple intermediario: toma dinero del público para luego prestarlo. Así las cosas, es evidente que, cuando los deudores de un banco dejan de pagar los créditos que han recibido, los principales perjudicados no son los banqueros (los accionistas del banco) sino los depositantes, pues el dinero por ellos confiado es el que ha dejado de recuperarse. Lo anterior no puede dejar de tenerse en cuenta a propósito del proyecto de reformas a la Ley de Instituciones Financieras que cursa actualmente en el Congreso, ya aprobado en primer debate, con el que se pretende, entre otras cosas, no solo eliminar como garantía de los créditos bancarios al fideicomiso, sino otro atraco monumental: que en 180 días los bienes actualmente entregados en fideicomisos de garantía pasen a ser materia de prendas o hipotecas. La infame reforma que se pretende aprobar no es, pues, problema solo de banqueros, como se ha querido disfrazar el asunto para intentar dulcificarlo y pasarlo al disimulo. El problema real es de los depositantes, quienes deben rebelarse de una vez por todas, pues no es posible que pretenda impunemente volvérselos a perjudicar con una supuesta ley "antibancos" cuando en realidad es "antidepositantes". O más claramente: tramposa e inmoral.
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Analítica de Seriada Analítica de Seriada BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO Expreso. 22 oct. 2004, p. 4 Disponible

Dicho en palabras fáciles, de los préstamos que otorga un banco el 90 por ciento se financia con dinero de sus depositantes y tan solo el 10 por ciento restante con fondos de los accionistas, lo que significa, en definitiva, que el banco no es más que un simple intermediario: toma dinero del público para luego prestarlo. Así las cosas, es evidente que, cuando los deudores de un banco dejan de pagar los créditos que han recibido, los principales perjudicados no son los banqueros (los accionistas del banco) sino los depositantes, pues el dinero por ellos confiado es el que ha dejado de recuperarse. Lo anterior no puede dejar de tenerse en cuenta a propósito del proyecto de reformas a la Ley de Instituciones Financieras que cursa actualmente en el Congreso, ya aprobado en primer debate, con el que se pretende, entre otras cosas, no solo eliminar como garantía de los créditos bancarios al fideicomiso, sino otro atraco monumental: que en 180 días los bienes actualmente entregados en fideicomisos de garantía pasen a ser materia de prendas o hipotecas. La infame reforma que se pretende aprobar no es, pues, problema solo de banqueros, como se ha querido disfrazar el asunto para intentar dulcificarlo y pasarlo al disimulo. El problema real es de los depositantes, quienes deben rebelarse de una vez por todas, pues no es posible que pretenda impunemente volvérselos a perjudicar con una supuesta ley "antibancos" cuando en realidad es "antidepositantes". O más claramente: tramposa e inmoral.

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