EN EL TLC, LO AMBIENTAL IMPLICA A LA INDUSTRIA

El tema parece fácil. A primera vista la negociación de un Tratado de Libre Comercio (TLC) en la mesa ambiental no reviste problemas. Al menos por ahora no se han evidenciado. La intención de EE.UU. es "buscar un compromiso apropiado por parte de los países Andinos para implementar efectivamente sus leyes ambientales", según lo expresado por el representante comercial de ese país, Robert Zoellick, en una carta enviada a su Congreso. Pero ¿qué consecuencias pudiera traer esta intención? Hasta ahora, los sectores industriales no han hecho una evaluación. Sin embargo, el director de la Cámara de Industriales del Guayas, Carlos Andrade González, considera que habrá sectores que tendrán que invertir en sistemas de tratamiento de desechos. Él considera que la actividad pesquera será uno de ellos. Aun así no vislumbra impactos en el sector, puesto que piensa que la intención de EE.UU. no es cambiar los estándares ambientales de un momento a otro y que este sector tiene la capacidad para reajustarse. La posibilidad de conocer qué industrias tendrían que mejorar su gestión resulta imposible debido a que en el país no existe una base de datos sobre contaminación en estos sectores, explica la consultora en derecho ambiental María Amparo Albán. Por eso, el criterio de Albán es que se debería fortalecer las capacidades del Ministerio del Ambiente para saber el grado de cumplimiento que tienen las empresas. En cierto modo, este aspecto se está analizando en las negociaciones entre los andinos y EE.UU. En la primera ronda de conversaciones, en Cartagena, se consideró la posibilidad de suscribir un acuerdo de Cooperación Ambiental orientado hacia los sectores público y privado, según el coordinador de la mesa oficial de ambiente en la negociación del TLC, José Miguel Vásconez.