ALMONEDA

Nadie puede negar la injusticia y el oprobio de pensiones que no llegan a US 50 mensuales; ni nadie puede dejar de aceptar que ni aun los US136 permiten cubrir los gastos elementales de una vida modesta. Como nadie desconoce que el salario mínimo unificado tampoco cubre esos requerimientos. La cuestión es saber si el IESS y el Estado -en la parte que le corresponde acudir para el financiamiento de las pensiones de jubilación- tienen capacidad para asumir los egresos que significarían las nuevas pensiones. Porque si los tienen, habrá que aplaudir la decisión del Congreso; pero si no los tienen, lo resuelto es el peor grado de demagogia y de irresponsabilidad porque atenta contra la estabilidad económica. Y sin estabilidad económica no hay progreso social. Al contrario, el brutal empobrecimiento de Ecuador se debe al perverso manejo económico que llevó a devaluar el sucre de 25 a 25 mil por dólar, en aproximadamente 20 años. Hacer sumas y restas aritméticas sobre el estado de caja del IESS para imponerle una obligación como la que entraña la pensión mínima de US 136 mensuales, rebasa los límites de la estulticia o la mala fe. Habría que preguntar a los generosos diputados si asumen la responsabilidad por el descalabro que puede sufrir el IESS y la economía en los próximos años y si van a tener la entereza de, por ejemplo, aumentar en al menos dos puntos el IVA para financiar los nuevos gastos.