HACIA EL TLC EN COLOMBIA

Vale la pena precisar algunas de las situaciones preconstituidas que habrán de contemplarse. Comprobado está que en el inmediato futuro no ocurrirá ninguna modificación de los enormes subsidios y ayudas internas de Estados Unidos, la Unión Europea y Japón a su producción agrícola. Para The Economist, pocos esfuerzos se han hecho con el objeto de reducirlos, desde la reunión de la Organización Mundial de Comercio en Cancún. En su lugar, ha prevalecido la tendencia a derivar la ronda de Doha hacia tratos bilaterales que, en su concepto, minan el sistema multilateral. Por tanto, al entrar a negociar tratados de libre comercio con esas naciones, será menester buscar contrapesos y compensaciones para el tiempo en que subsistan. En medio de la campaña electoral de Estados Unidos, ni hablar de disminuir y menos de eliminar ayudas internas. A cualquiera se le viene a la cabeza la necesidad de adaptar la cronología de las desgravaciones a las asimetrías insoslayables para no provocar graves quebrantos económicos y sociales. Y, en vista de la insistencia y el aumento de las subvenciones estadounidenses, mecanismos complementarios como el de las franjas de precios y las salvaguardias automáticas. Ante la contraposición de intereses, hay que ver cómo se los concilia, cómo se favorece el desarrollo y cómo se facilita la lucha contra el narcotráfico y la miseria.