EMBARAZADA DE MELLIZOS

En definitiva, la empresa ecuatoriana del nuevo siglo está embarazada de mellizos, llamados globalización y dolarización. Este embarazo, como cualquier otro, plantea problemas, pero también grandes oportunidades. Ante la creciente eliminación de barreras arancelarias, la competencia es cada vez mas compleja. La apertura de mercados, es decir la facilidad para importar bienes y servicios, ha generado un nivel de competencia brutal e implacable, donde quien compra decide casi cruelmente, en función de su propio beneficio y conveniencia, prescindiendo de toda razón de orden nacionalista o sentimental. Pues bien, esta enorme rivalidad desatada entre los productores genera para el consumidor aquello que ha buscado siempre: productos innovadores, más eficientes, de alta calidad y a precios razonables. Es el nuevo patrón de juego de un mundo francamente vertiginoso. Si es usted empresario y no lo acepta o le disgusta, es mejor hacer maletas y poner en venta su negocio. Si su escenario posible es volver al cómodo mundo de la protección, es una audaz apuesta. Hoy, su empresa ha de ser sustancialmente mejor de lo que fue, crecientemente productiva, profundamente mentalizada a ganar, convencida razonablemente de sus posibilidades y dispuesta a reinventarse cada vez que sea necesario. También conocemos las reminiscencias de la vieja economía, reflejada en monopolios y oligopolios, privados y públicos y que deberían ser pronto obligados a competir. Mas estas son las realidades en las que se mueve la empresa moderna, afecta a perder parte de los mercados que los ha considerado propios, pero con la perspectiva fundamentada y real de acceder a la inmensidad del mundo a través de ingenio, flexibilidad, capacidad de adaptación y mentalidad, pero, por sobre todo, convicción. El crecimiento constante de las exportaciones no tradicionales, desde que se decretara la dolarización, es elocuente.