AHI QUE SE ESTESE

Doña Elsa de Mena me recordaba esta expresión tan serrana y tan arraigada en la forma de ser colectiva de mucha gente. Se la puede traducir de diversas maneras con grados crecientes de indolencia, pero todas apuntan en el mismo sentido, el statu quo y la pasividad. Y es muy cierto que en el Ecuador intentamos mantener todo lo existente, incluso cuando no funciona. Tenemos terror al cambio y la innovación. Hace algunos años, Alberto Dahik propuso un cambio total del sistema tributario. Nadie opinó, nadie debatió, ni un solo susurro de apoyo. Es la misma mentalidad cuando enfrentamos el tema de la reforma a la situación de los empleados públicos, hoy discutida en el Congreso. No nos dejemos engañar: los sueldos en el sector público son malos pero no son peores que en el sector privado. Dividiendo masa salarial para el número de funcionarios estatales estamos alrededor de los 500 dólares mensuales. Quitando a los "dorados", queda aún un promedio del orden de 400 dólares. En el sector privado estamos hacia los 300 dólares mensuales (eliminando también los gerenciales más elevados). Lo mismo sucede con la propuesta de Nebot sobre la Seguridad Social.