LA CRUZ DE LA DEUDA EXTERNA

El elemento más significativo del subdesarrollo de los países latinoamericanos es el endeudamiento externo. La evolución del endeudamiento no se ha interrumpido y proviene de fuentes multilaterales, entes privados o directamente de los estados, la cual ha producido una adicción endeudora. En este contexto un caso peculiar lo protagonizó el Ecuador cuando dilapidó la primera onda de los recursos petroleros y después tuvo que recurrir al endeudamiento agresivo. En estas condiciones es necesario que los países cuyos presupuestos están destinados en gran parte al cumplimiento de sus obligaciones externas reaccionen con pragmatismo para sobrevivir en la globalización mundial. Las recientes experiencias de Ecuador primero y Argentina después impiden pensar que la moratoria unilateral sea una salida; la fragmentación regional, en las diferentes situaciones, es tan profunda que frustra un planteamiento concertado de deudores; en consecuencia, hay que admitir lo escabroso de la senda: disciplina fiscal, cumplimento estricto de las obligaciones hasta que el mundo acreedor comprenda que América Latina, unos países más que otros, es una bomba de tiempo social donde el desarrollo y la equidad requieren superar la contradicción de un gran endeudamiento externo y una enorme deuda social.