IMAGINAR OTROS MUNDOS, PARA CAMBIAR ESTE

En la actualidad, por el oleoducto antiguo (SOTE) se transportan al día 170 mil barriles de crudo pesado, que serán bombeados por el Oleoducto de Crudos Pesados (OCP). Por este volumen de petróleo, el Estado no obtendrá recursos frescos. El Estado dejará de percibir la tarifa que cobra por los 130 mil barriles de las empresas privadas y tendrá que pagar en el OCP una tarifa para el transporte de sus 40 mil barriles. Por otro lado, habrá que cubrir ese faltante en el SOTE y llenar el OCP. Por el lado del OCP, se perfila una situación aún más preocupante desde el punto de las divisas esperadas, pues estas en alrededor de un 80 por ciento irán a parar a las empresas privadas, mientras que del saldo al menos un 70 por ciento está preasignado para el bolsillo de los acreedores de la deuda externa. En lugar de ampliar la frontera petrolera, ¿por qué no impulsar una moratoria de la actividad hidrocarburífera atándola a la suspensión de pagos de la deuda externa, comprometiéndose a proteger el enorme potencial de biodiversidad de aquella región y a desplegar un manejo alternativo del bosque, con el concurso de los pueblos indígenas? Y nosotros quizás algún día lleguemos a entender, como dice Baudolino, que "imaginando otros mundos, se acaba por cambiar este".