DE INFORMES Y CONTRAINFORMES

Cuando en l999 se contrataron las publicitadas auditorías internacionales para establecer la verdadera situación del sistema financiero ecuatoriano, se justificó ese costoso trabajo porque no se confiaba en las exámenes e inspecciones de la Superintendencia de Bancos. Pero en el año 2000, justamente el año 2000, la Superintendencia recuperó prestigio y eficiencia, haciendo inspecciones que producían informes válidos, fundamentados y respaldados en hechos o evidencias concretas. Tal diferencia es que, ahora, con gran desenfado y el respaldo de ciertos medios, se hacen nuevos informes ajenos a la realidad y carentes del menor sentido ético-profesional, con los que, si bien no se puede desvirtuar lo que se dice en los informes anteriores, como el de junio de 2000 sobre Filanbanco, se busca. Así las cosas, toca ahora y en serio, no como antes ocurrió, al presidente Gutiérrez, que buena parte del electorado captó con base en el discurso de perseguir a los banqueros corruptos, actuar en consecuencia, no dejarse infiltrar, ni permitir la malvada campaña de desinformación y, en definitiva, no defraudar las expectativas ciudadanas, haciéndoles devolver la plata. Podría, incluso, ordenar una nueva auditoría internacional independiente para evitar que, con los contrainformes se "canonice" a los responsables de haberse llevado mas de US 2 000 millones del Estado y pueblo ecuatorianos.