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FAQUIRES EN EL FUTURO

Por: Tema(s): En: El Comercio 24 mar. 2002, p. A. 5Resumen: Los ecuatorianos antes de jubilarse deberán entrenarse para convertirse en faquires o ascetas. Digo esto luego de analizar la Ley de Seguridad Social, que presenta un futuro nada halagador para los trabajadores. El Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social debe ajustar anualmente la cuantía de las pensiones de jubilación, en un monto que no puede superar el 82.5 por ciento, de ciento sesenta y cinco dólares. Entonces, ¿podrán los jubilados del siglo XXI vivir sus últimos años con ciento treinta y seis dólares mensuales? Eso será mortificante e incierto, puesto que la existencia del Instituto es una incógnita. El fondo de reserva, que se forma con los aportes de los trabajadores durante su época activa, no producirá ni un solo dólar de rendimiento, ya que se dispone que los intereses se destinen al pago de una prima de seguro para cubrir el riesgo de la cesantía. La Ley, ordena que parte de las inversiones que realice el IESS o las administradoras de fondos de pensión, se las haga en papeles emitidos por el Estado, y excepcionalmente en títulos de otros países. La experiencia dice que las autoridades gubernamentales cuando les conviene no honran los plazos de los títulos, y los reprograman unilateralmente. Entonces, ¿con qué se pagarán las pensiones si los papeles en que se invertirán los aportes, no se los puede convertir en dinero contante y sonante cuando se lo requiere? Faquir también es definido como "artista de circo que hace exhibición de determinado tipo de mortificaciones", concepto que cala también ante la inexistencia de seguridad social para los ecuatorianos.
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Los ecuatorianos antes de jubilarse deberán entrenarse para convertirse en faquires o ascetas. Digo esto luego de analizar la Ley de Seguridad Social, que presenta un futuro nada halagador para los trabajadores. El Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social debe ajustar anualmente la cuantía de las pensiones de jubilación, en un monto que no puede superar el 82.5 por ciento, de ciento sesenta y cinco dólares. Entonces, ¿podrán los jubilados del siglo XXI vivir sus últimos años con ciento treinta y seis dólares mensuales? Eso será mortificante e incierto, puesto que la existencia del Instituto es una incógnita. El fondo de reserva, que se forma con los aportes de los trabajadores durante su época activa, no producirá ni un solo dólar de rendimiento, ya que se dispone que los intereses se destinen al pago de una prima de seguro para cubrir el riesgo de la cesantía. La Ley, ordena que parte de las inversiones que realice el IESS o las administradoras de fondos de pensión, se las haga en papeles emitidos por el Estado, y excepcionalmente en títulos de otros países. La experiencia dice que las autoridades gubernamentales cuando les conviene no honran los plazos de los títulos, y los reprograman unilateralmente. Entonces, ¿con qué se pagarán las pensiones si los papeles en que se invertirán los aportes, no se los puede convertir en dinero contante y sonante cuando se lo requiere? Faquir también es definido como "artista de circo que hace exhibición de determinado tipo de mortificaciones", concepto que cala también ante la inexistencia de seguridad social para los ecuatorianos.

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