2001

Una evaluación del año que hoy termina permite arribar sin mucho esfuerzo a dos conclusiones en el campo económico: Si bien se advierten síntomas de recuperación, éstos no son consecuencia de una política económica, sino que son efectos de la evolución natural de la crisis y de la capacidad de recuperación que la urgencia por sobrevivir impone a los ecuatorianos. Antes de la crisis argentina ya se advertían desde temprano de este año, algunos aspectos desfavorables para la economía ecuatoriana. Por ejemplo, el comportamiento del sector externo demuestra hasta la saciedad que mientras no se modifique la dependencia de las exportaciones concentradas en pocos productos, cambiando la base de la estructura productiva para diversificar la canasta de bienes exportables, el riesgo sistémico es altísimo. Pero 2001 también dejó sobre el tapete dos temas que seguirán afectando la credibilidad de la economía: la crisis bancaria; y la escasísima aplicación del régimen para reactivar la producción. Por eso no hubo reactivación en 2001. Y también por eso en el año que hoy termina, la pobreza creció como manifestación del desempleo y de la falta de oportunidades para la inversión productiva.