DESPUES DEL ALCA

Las empresas ecuatorianas o que operan en el país tienen un nuevo desafío. Con la inserción en Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), si es que las disposiciones y ámbito de actividad se cumplen y no quedan en mera publicidad o intenciones piadosas, afrontan la posibilidad de tener que cambiar, algunas veces en redondo, su misión, sus objetivos, su estrategia; de tener que orientar el uso de sus recursos; buscar áreas de inversión y desinversión para ser eficaces ante la nueva competencia que aparecerá a través del comercio exterior. Si las empresas internamente no se tornan competitivas ningún tratado les será provechoso. Abundarán las defunciones, como ha sucedido por efectos de otros pactos. Faltaría por conocer los planes de gobierno para crear el clima y el entorno adecuado para facilitar el esquema que ahora se presenta, más que de competencia es de competitividad, porque introduce una nueva modalidad para el comercio entre países. Un poco de pesimismo se agrega cuando en retrospectiva se mira la actitud gubernamental que se ha presentado con la decisión política de trasladar la responsabilidad del comercio exterior a la Cancillería.