A DEFINIR UNA POLITICA BANANERA

Los reveses que ha sufrido el Ecuador en las exportaciones de banano a la Unión Europea reclama una definición de una vez por todas, de una política de producción bananera y su correspondiente comercialización externa. En cuanto a la política de producción el Ecuador tiene dos opciones: o seguir produciendo la mayor cantidad de banano al menor precio posible o programar un límite de producción para obtener mejores precios en su comercialización externa. La segunda opción en cambio implica la utilización óptima de la tierras con mayor productividad, limitando su siembra con criterio técnico, precisamente para evitar quiebras de empresas, con lo cual se ordenará el mercado bananero y se recibirán mejores precios. Es loable la lucha que ha dado el Ecuador en la OMC, pero no ha sido rentable para nuestra economía. Propugnar el libre comercio cuando el mercado bananero está controlado tanto en los Estados Unidos como en la Unión Europea por cuatro empresas transnacionales (incluído el grupo Alvaro Noboa) es ilusorio. Si no es posible cambiar el rumbo de las decisiones, el país debe prepararse para utilizar de la mejor manera posible el cupo que le corresponda. En primer término debe pedir el 32 por ciento del mercado de la Unión Europea, tal como se hablaba en septiembre pasado incluso con el apoyo de Colombia y Costa Rica, lo que significaría unas 853.000 toneladas y en segundo, debe pedir que haya la posibilidad de que los nuevos operadores tengan por lo menos el 20 por ciento de licencias gratuitas. Pero lo más importante es prepararse para saber administrar la fortaleza que le da al país el hecho de contar con un cupo anual en el mercado de altos precios.