NUEVA CARTA DE INTENCION O DE ESCLAVITUD ECONOMICA
Tema(s): En: El Telégrafo 23 abr. 2001, p. A.5Resumen: El Gobierno está obnubilado y autoacorralado con las políticas del FMI y ha optado por el camino de la amenaza. Esto se lo hace acorde con la visión las políticas que imponen los conductores del FMI y otros organismos multilaterales. Por ello es que los ajustes fiscales como antes también los monetarios, solo buscan nivelar a como de lugar las cuentas presupuestarias estatales y algunos rubros de la balanza de pagos y monetarios. Generalmente tales ajustes son contradictorios o están divorciados de la actividad productiva, esencial en la vida económica de los países, como el nuestro, que está agobiado por la crisis. La Carta de Intención, verdadera carta de esclavitud económica solo contiene como políticas esenciales el aumento de las tasas de interés, de los impuestos, de los precios de los combustibles y del gas, de las tarifas de los servicios públicos, la reducción en términos reales de los salarios y del gasto social, la continuación del salvataje bancario y una que otra medida intrascendente de caracter social. El pueblo debe perseverar en su exigencia de que el Gobierno cambie de políticas, sin dejar de negociar y acordar con los organismos internacionales en función de los intereses del país, y no de aquellos que son diametralmente opuestos.Tipo de ítem | Biblioteca actual | Signatura | Info Vol | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras | |
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Analítica de Seriada | BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO | El Telégrafo. 23 abr. 2001, p. A.5 | Disponible |
El Gobierno está obnubilado y autoacorralado con las políticas del FMI y ha optado por el camino de la amenaza. Esto se lo hace acorde con la visión las políticas que imponen los conductores del FMI y otros organismos multilaterales. Por ello es que los ajustes fiscales como antes también los monetarios, solo buscan nivelar a como de lugar las cuentas presupuestarias estatales y algunos rubros de la balanza de pagos y monetarios. Generalmente tales ajustes son contradictorios o están divorciados de la actividad productiva, esencial en la vida económica de los países, como el nuestro, que está agobiado por la crisis. La Carta de Intención, verdadera carta de esclavitud económica solo contiene como políticas esenciales el aumento de las tasas de interés, de los impuestos, de los precios de los combustibles y del gas, de las tarifas de los servicios públicos, la reducción en términos reales de los salarios y del gasto social, la continuación del salvataje bancario y una que otra medida intrascendente de caracter social. El pueblo debe perseverar en su exigencia de que el Gobierno cambie de políticas, sin dejar de negociar y acordar con los organismos internacionales en función de los intereses del país, y no de aquellos que son diametralmente opuestos.
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