FALTA UN CONDUCTOR DE LA ECONOMIA

El país necesita un líder con peso específico propio en la conducción de la economía, que pueda, en base a la capacidad y poder político, hacer efectivas conversaciones con el Congreso y sepa comunicar al país adónde vamos en materia económica. Este personaje debe ser independiente de las cámaras de la Producción, cuyos intereses legítimos no deben subordinar a los de la nación en su conjunto. El debería dirigir a su equipo de trabajo, tanto en las tratativas con el FMI, como en la administración interna de la economía, de suerte que haya la suficiente coordinación y coherencia, dándole al trabajo una respetabilidad y credibilidad, tan necesarias para que los agentes económicos actúen con confianza. Obviamente ese líder debe ser un economista experto en políticas públicas y en lo concerniente a la evolución de la macroeconomía. Hasta aquí se ha improvisado mucho en los nombramientos de las autoridades económicas, pues ser amigo del Presidente o de sus hermanos no debe ser credencial única.