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POLITICA ECONOMICA A LA DERIVA

Por: Tema(s): En: Hoy 13 jun. 2000, p. A. 4Resumen: Desde 1979 hasta hace dos semanas atrás, el país vio pasar 22 ministros de finanzas: 22 ministros en 21 años de democracia. Ministro por año y un poquito más. Si la cuenta se acota al período agosto 1998-mayo 2000, tenemos cuatro ministros en 21 meses. Un ministro de Finanzas dura cinco meses y unos días, mucho menos que el promedio histórico del período democrático. Se han hecho desechables. Efecto uno: los candidatos calificados para desempeñar el cargo comienzan a escasear. Efecto dos: la credibilidad de la autoridad económica es igual al del sistema bancario ecuatoriano: nula. Efecto tres: no es necesario preocuparse tanto por los acuerdos con el FMI; la historia indica que no es la resistencia social la que los echa abajo, sino el mismo Gobierno. Efecto cuatro: es preciso defender la acción del Servicio de Rentas Internas de los ímpetus de un ministro pasajero que quiere borrar con el codo lo que una institución dirigida por la mano firme de mujer con entereza, desinterés e inteligencia, ha hecho en corto tiempo.
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Analítica de Seriada Analítica de Seriada BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO RESUM-024507 (Navegar estantería(Abre debajo)) Hoy. 13 jun. 2000, p. A. 4 Disponible

Desde 1979 hasta hace dos semanas atrás, el país vio pasar 22 ministros de finanzas: 22 ministros en 21 años de democracia. Ministro por año y un poquito más. Si la cuenta se acota al período agosto 1998-mayo 2000, tenemos cuatro ministros en 21 meses. Un ministro de Finanzas dura cinco meses y unos días, mucho menos que el promedio histórico del período democrático. Se han hecho desechables. Efecto uno: los candidatos calificados para desempeñar el cargo comienzan a escasear. Efecto dos: la credibilidad de la autoridad económica es igual al del sistema bancario ecuatoriano: nula. Efecto tres: no es necesario preocuparse tanto por los acuerdos con el FMI; la historia indica que no es la resistencia social la que los echa abajo, sino el mismo Gobierno. Efecto cuatro: es preciso defender la acción del Servicio de Rentas Internas de los ímpetus de un ministro pasajero que quiere borrar con el codo lo que una institución dirigida por la mano firme de mujer con entereza, desinterés e inteligencia, ha hecho en corto tiempo.

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