DE LOS INFORMALES NADIE SE ACUERDA

Cinco de cada diez ecuatorianos en aptitud de trabajar son informales, es decir que no ganan sueldo fijo, que son producto del excedente estructural de la oferta de fuerza de trabajo urbano y rural, que son microempresarios o asalariados de éstos, trabajadores por cuenta propia, trabajadores familiares no remunerados o simplemente desempleados abiertos que buscan algo para ganarse la vida. Habrá que preguntarse qué dice el Plan Cavallo al respecto. Probablemente nada. Recién en el gobierno de Borja se creó la CONAUPE como institución oficial para asistir técnica y financieramente a los marginales, e incluso hubo un préstamo de US20 millones del BID. No se sabe que se hizo al respecto en el gobierno de Durán Ballén. Revivir a la CONAUPE sería lo lógico, pues tras de ella hay experiencias vividas, aciertos para repetir y errores para evitar. La atención debe ser diferenciada en el campo y en las ciudades. Si este gobierno subió por la fuerza de los pobres, lo hizo principalmente por la de los informales, tiene una deuda con todos ellos y hacia ellos debe canalizar sus principales recursos. El programa de vivienda barata está bien, pero no es suficiente para enfrentar el subempleo que es el problema del Ecuador, que continuará hasta el próximo siglo, pues la economía moderna de un país sin crecimiento, por carencia de ahorro e inversión, no tendrá la capacidad de absorver la oferta de mano de obra que año a año sale a buscar trabajo y no lo encuentra.