E.U. DESMONTA ESTADO BENEFACTOR
Tema(s): En: El Tiempo 2 ago. 1996, p. A.13Resumen: El presidente Bill Clinton rompió con la tradición del Estado benefactor y acabó con la herencia del también demócrata Franklin D. Roosvelt. Desde hace más de sesenta años no se revisaba en este país la filosofía del Estado de asistencia pública y seguridad social que Roosvelt fue construyendo, paso a paso, para combatir las gravísimas penurias de la Gran Depresión que azotó a los Estados Unidos durante los años previos a la Segunda Guerra Mundial. La legislación que viene aprobada el miércoles por la Cámara de Representantes (328-101), transforma profundamente el concepto mismo del sistema de beneficencia. Sus medidas afectarán a casi trece millones de norteamericano que reciben hoy prestaciones sociales y a más de veinticinco millones de que viven con los cupones de alimentos. Básicamente, el espíritu de este proyecto de ley es limitar la dependencia ciudadana del Estado benefactor, aunque ello suponga, a corto y mediano plazo, un coste para los más pobres.Tipo de ítem | Biblioteca actual | Signatura | Info Vol | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras | |
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Analítica de Seriada | BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO | RESUM-008137 (Navegar estantería(Abre debajo)) | El Tiempo. 2 ago. 1996, p. A.13 | Disponible |
El presidente Bill Clinton rompió con la tradición del Estado benefactor y acabó con la herencia del también demócrata Franklin D. Roosvelt. Desde hace más de sesenta años no se revisaba en este país la filosofía del Estado de asistencia pública y seguridad social que Roosvelt fue construyendo, paso a paso, para combatir las gravísimas penurias de la Gran Depresión que azotó a los Estados Unidos durante los años previos a la Segunda Guerra Mundial. La legislación que viene aprobada el miércoles por la Cámara de Representantes (328-101), transforma profundamente el concepto mismo del sistema de beneficencia. Sus medidas afectarán a casi trece millones de norteamericano que reciben hoy prestaciones sociales y a más de veinticinco millones de que viven con los cupones de alimentos. Básicamente, el espíritu de este proyecto de ley es limitar la dependencia ciudadana del Estado benefactor, aunque ello suponga, a corto y mediano plazo, un coste para los más pobres.
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