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UNA GUERRA AL EMPLEO

Tema(s): En: El País 23 mayo 1996, p. 56Resumen: Los salarios reales de los trabajadores estadounidenses que no ocupan puestos directivos (cerca del 80 por ciento de la mano de obra) han bajado un 19 por ciento desde 1972. En cambio, los de los presidentes ejecutivos han subido más de un 30 por ciento. En este período el PIB per cápita creció un 45 por ciento. La actual política anti-inflacionaria requiere de un aumento de la tasa de interés para frenar el crecimiento, aumentar el desempleo, mantener los salarios bajos y los precios constantes. Si en un país su economía y la productividad crecen a un ritmo del 2 por ciento y la mano de obra al 1 por ciento, al final de cada año pasará una de dos cosas: a) el desempleo será más alto que al inicio (solución europea); o b) los salarios habrán bajado lo suficiente para que los empresarios deseen absorber más mano de obra (solución norteamericana). Si los factores inflacionarios de los años 70 y 80 han desaparecido, la causa está en que no es el mercado sino los altos ejecutivos los que establecen sus salarios. Si las fuerzas del mercado funcionaran, las empresas sustituirían a los costosos jefes ejecutivos estadounidenses por otros más baratos, japoneses o europeos. La diferencia salarial refleja más un problema sociológico que uno económico.
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Analítica de Seriada Analítica de Seriada BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO RESUM-007338 (Navegar estantería(Abre debajo)) El País. 23 mayo 1996, p. 56 Disponible

Los salarios reales de los trabajadores estadounidenses que no ocupan puestos directivos (cerca del 80 por ciento de la mano de obra) han bajado un 19 por ciento desde 1972. En cambio, los de los presidentes ejecutivos han subido más de un 30 por ciento. En este período el PIB per cápita creció un 45 por ciento. La actual política anti-inflacionaria requiere de un aumento de la tasa de interés para frenar el crecimiento, aumentar el desempleo, mantener los salarios bajos y los precios constantes. Si en un país su economía y la productividad crecen a un ritmo del 2 por ciento y la mano de obra al 1 por ciento, al final de cada año pasará una de dos cosas: a) el desempleo será más alto que al inicio (solución europea); o b) los salarios habrán bajado lo suficiente para que los empresarios deseen absorber más mano de obra (solución norteamericana). Si los factores inflacionarios de los años 70 y 80 han desaparecido, la causa está en que no es el mercado sino los altos ejecutivos los que establecen sus salarios. Si las fuerzas del mercado funcionaran, las empresas sustituirían a los costosos jefes ejecutivos estadounidenses por otros más baratos, japoneses o europeos. La diferencia salarial refleja más un problema sociológico que uno económico.

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