APOCALIPTICOS E INTEGRADOS

La idea de que el único camino es reducir el déficit se ha convertido en denominador común de los organismos internacionales y de todos los expertos. Ya no se discute la composición del déficit, ni el destino del gasto, ni cómo se hacen los ingresos y para qué, ni las condiciones y el límite de endeudamiento. Pero ahora no basta con reducir el déficit sino que hay que hacerlo de modo rápido y no gradual. En esto han coincidido el Instituto Monetario Europeo y el Banco de España. El primero insiste en la reducción urgente de los déficit de los Quince e incluso señala en dónde recortar el gasto público: en los gastos sanitarios y de pensiones. Al mismo tiempo, los ministros de Trabajo del G-7 recomiendan sanear las finanzas públicas, flexibilizar el mercado laboral y eliminar trabas en el comercio mundial, que es lo que se está haciendo desde hace muchos años sin que ceda el desempleo ni la redistribución negativa de la riqueza