VIVIENDA

El programa puesto en marcha por el gobierno, constituye una respuesta al grave problema del déficit en esta área, que actualmente supera los 800 mil unidades pero que anualmente se incrementa en por lo menos 50 mil. El mencionado fondo permitirá el incentivo al ahorro familiar, para que en función de su magnitud, sea posible recibir los beneficios del programa sin la obligatoriedad de tener depósitos en el Banco Ecuatoriano de la Vivienda. Otra novedad es que el monto del subsidio tendrá una relación inversamente proporcional a los ingresos de la familia beneficiaria. El que gana menos, recibirá un subsidio mayor, dependiendo del monto de la inversión necesitada. La novedad reside en que se garantiza una mínima racionalidad en la administración de los recursos. El gobierno ha puesto así un sistema de subsidios con el cual se demuestra que éstos no son malos por sí, sino que cuando tienen un objetivo social claro, los efectos económicos que pueden generar son importantes. En este caso, los incentivos habitacionales dinamizarán la industria de la construcción, con sus beneficios adicionales sobre el empleo y las otras actividades productivas que le son conexas. Sólo una duda queda: ¿harán efectivo el programa, los que manejan el dinero y permitirán que la construcción se recupere? o pasará lo mismo que con el programa de reactivación de la industria?