CUANDO LOS SUELDOS NO SUBEN, ALGO MARCHA MAL EN LA ECONOMIA

En cinco años, la mitad de los beneficiarios del sistema social de Estados Unidos trabajarán como abejas. Algunos cocinando hamburguesas. Otros, atún a la parrilla. Y algunos otros, sin duda, como economistas. Los que es aún mejor, no hará falta mucho dinero para capacitar o animar a estos aprovechados a adaptarse a la dichosa rutina de la semana laboral. Como resultado, habrá poco dinero disponible para estos programas. Lo que es mejor, con la velocidad con que aumentan los salarios, las deducciones fiscales para los trabajadores de bajos recursos que Ronald Reagan llamó el mejor programa de la historia para luchar contra la pobreza no serán necesarias. Estas son las conclusiones que pueden obtenerse de las últimas propuestas de los legisladores de Washington decididos a reducir el volumen del presupuesto del gobierno de los Estados Unidos. Pero sucede que nada de esto goza de credibilidad entre los economistas en partícular de Wall Street. De hecho, a estos economistas les preocupa cada vez más una serie de tendencias opuestas. En el transcurso de la recuperación económica, el crecimiento de los puestos de trabajo ha sido anémico y las compañías han seguido despidiendoa gente. Los salarios ajustados por inflación no han subido en una década. Y lasrecompensas relativas para la gente sin preparación, que prepara las hamburguesas ( y se dedica al análisis de la política de gobierno) han caído.