LA INVERSION DIRECTA REGRESA A EE.UU.

Los inversionistas internacionales de grandes empresas europeas y asiáticas han comprado empresas, construido plantas o han adquirido activos estadounideneses a un ritmo record durante la primera mitad de 1995. Muchas de las inversiones son en operaciones manufactureras o importantes proveedores de servicios, no símbolos de estatus. Esto se debe a la debilidad crónica del dólar: para los inversionistas en los mercados de divisas fuertes como Alemania y Suiza, los activos estadounidenses, parecen regalados cuando se miden en marcos alemanes o francos suizos. La debilidad del dólar, también dota a las exportaciones de EE.UU. de una ventaja de costos para muchos mercados internacionales y por lo tanto las hace altamente competitivas. Otros motivos más sutiles para la inversión en EE.UU. son la flexibilidad del sistema laboral (despedir empleados es muy fácil en Estados Unidos) y el TLC que favorece a sus integrantes en el momento de comprar o edificar una compañía. Si el TLC se amplía a otras economías cercanas, las compañías sin presencia en la región sentirán una mayor presión para instalarse en el continente.