EL IMBATIBLE YEN

La nueva revaloración del yen puede ser evidencia de lo inadecuado del reciente paquete económico anunciado por Japón y de su acción sobre la tasa de descuento, que descendió de 1.75 y 1.00 con la intención de desanimar las inversiones en yenes y las desinversiones en dólares; pero no puede menospreciarse el efecto que han tenido sobre el dólar las renovadas fricciones comerciales entre EE.UU. y Japón. Los presidentes de grandes empresas japonesas y alemanas han exteriorizado su preocupación por los efectos que está causando la fortaleza de sus respectivas monedas. En el Japón, se ha calificado de "catastrófica" la subida del yen y han pedido que el gobierno intervenga para calmar los mercados monetarios y evitar consecuencias muy serias que hasta podrían llevar a la crisis a la economía japonesa, afectando sobre todo los niveles de empleo. Mirado desde el punto de vista de los exportadores, un yen excesivamente fuerte va a contraer apreciablemente sus exportaciones y puede detener la recuperación de la economía japonesa, cuy crecimiento, proyectado apenas en 1.5 por ciento para 1995, hoy se estima que, con optimismo, alcanzará sólo el 1 por ciento. Los efectos más severos van a sentirse en las exportaciones que en el mercado interno japonés.