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¿Pretendido monopolio portuario? Expreso

Por: Detalles de publicación: Guayaquil Expreso 2016Descripción: p. 8Tema(s): En: Expreso Año 43 N° 15668 (30 may. 2016)Resumen: La razón de ser de la economía de mercado es la competencia. Ningún otro atributo se le aproxima en importancia, pues desde el momento en que se produce la concentración de mercado por parte de un solo oferente o demandante, es la sociedad la que paga las rentas excesivas que afectan su bienestar. De ahí que es improcedente que inversores, por más encumbrados que fueren, pretendan vestirse con atuendos que hoy en día son de corte colonialista. La libre competencia es la antítesis del poder abusivo que el monopolio o el monopsonio ejercen. Estando, como lo estamos, a favor de la construcción de un puerto de aguas profundas que permita mantener la competitividad del país en el tiempo, consideramos que el tráfico portuario debe servir, en primer lugar, los intereses de los usuarios. Guayaquil tiene una vocación portuaria que antecede a la República, y su voz es protagonista principal del diseño que más conviene a los intereses de los ecuatorianos -esto es, y lo repetimos, el de la libre competencia.
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La razón de ser de la economía de mercado es la competencia. Ningún otro atributo se le aproxima en importancia, pues desde el momento en que se produce la concentración de mercado por parte de un solo oferente o demandante, es la sociedad la que paga las rentas excesivas que afectan su bienestar. De ahí que es improcedente que inversores, por más encumbrados que fueren, pretendan vestirse con atuendos que hoy en día son de corte colonialista. La libre competencia es la antítesis del poder abusivo que el monopolio o el monopsonio ejercen. Estando, como lo estamos, a favor de la construcción de un puerto de aguas profundas que permita mantener la competitividad del país en el tiempo, consideramos que el tráfico portuario debe servir, en primer lugar, los intereses de los usuarios. Guayaquil tiene una vocación portuaria que antecede a la República, y su voz es protagonista principal del diseño que más conviene a los intereses de los ecuatorianos -esto es, y lo repetimos, el de la libre competencia.

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